martes, 22 de mayo de 2007

Desencanto

Volvía a pisar el inolvidable edificio, donde distintas culturas se juntaban a admirar y a consumir cada uno de los productos ofrecidos. Corrió hacia su tienda predilecta, esa donde los ropajes adornaban de toques tétricos la habitación, donde la comerciante era algo estrambótica para vestir y hablar. Se volvió hacia ésta y preguntó por tan estimado artículo. La tienda poco a poco comenzó a desvanecerse y sintió un profundo e inquietante escalofrío al ver que las paredes del lugar estaban desnudas y maltratadas, y el frío colado por el ventanal inundaba y nublaba la estancia, al percibir la indiferente respuesta.

1 comentario:

Nico dijo...

Es la forma más poética de describir un mall que hay leido...o tienda, lo que sea; te quedó bien....muy bien, niño.